Pasar tiempo a solas con nosotros mismos puede no ser fácil
o deseable. Pero es esencial saber quiénes somos realmente.
La mayoría de nosotros tenemos miedo de estar solos.
No estoy hablando de teléfonos celulares o Wi-Fi. ¿Cuándo
fue la última vez que estuvo solo y no trató de endulzar, evitar o abrumar el
momento? ¿Tenías miedo, ansiedad o hambre de otra cosa?
Estamos inundados de estudios que nos dicen que nos
necesitamos unos a otros para sobrevivir y ser felices. Y es cierto, lo
necesitamos. Pero cuando perdemos la capacidad de estar solos con nosotros
mismos, nuestro sistema nervioso sobre estimulado no tiene lugar para descansar
y recargarse. La soledad autoimpuesta provocada por la ansiedad social, la
esquizofrenia u otros trastornos psicológicos puede representar un riesgo para
la salud, dice la psiquiatra e investigadora Dra. Mary V. Seeman en una
revisión publicada en 2016 en la revista Psychosis. "Pero", escribe,
"la soledad también puede proporcionar beneficios como la recuperación del
sentido del yo, la renovación de la armonía con la naturaleza, un escape de la
sobrecarga sensorial, el estímulo de la creatividad o el despertar a la
espiritualidad".
La atención plena ayuda a cultivar esta soledad beneficiosa,
que tiene ventajas psicológicas y fisiológicas. Cuando practicamos anclar
nuestra atención a un solo enfoque, como la respiración, el cuerpo y el sistema
nervioso dejan de operar en estados implacables de alto estrés. Sin cortisol y
adrenalina, estará en alerta máxima y su cuerpo tendrá mejores condiciones para
relajarse. En este estado más pacífico, puede disfrutar de un ritmo más lento
para mirar alrededor y experimentar una gama más amplia de vida. Puede dejar
ir, no tener miedo de estar solo, lo que significa que ya no está buscando
maneras de quitarle el miedo. Puedes comenzar a disfrutar de lo que es estar
contigo mismo y sentirte tranquilo. Y a medida que aprende a estar solo,
también puede aprender a ser valiente y honesto con las cosas como son ahora.
A veces, la ignorancia de estar solo puede parecer extraño,
doloroso o simplemente incorrecto. Puedes sentirte como Groucho Marx, quien
dijo que no quería pertenecer a ningún club que te tuviera como miembro. La
idea de hacer amistad contigo mismo puede parecer débil o tonta. Esta es solo
otra forma de miedo, que tiene muchas caras.
Pase suficiente tiempo a solas y notará que todo tipo de
pensamientos van y vienen. Pensamientos odiosos, pensamientos dolorosos pensamientos temerosos. Nuestra mente se especializa en tomar información y
crear una trama. Una de estas historias es que estar solo es tan aterrador que
cualquier otra cosa es preferible.
Ahí es donde vienen el tiempo y la paciencia. Cuando abordas
esta idea por primera vez, es natural que sientas la misma indiferencia o
vacilación que experimentas en cualquier relación nueva, así que tómalo con
calma. Al entrenar tu habilidad para estar solo, sin desconfianza ni desdén,
puedes comenzar a relajarte. Pasar más tiempo contigo mismo aumenta tu
capacidad de reconocer las fuerzas en juego en tu vida. Cuando piensas en estar
solo, ¿qué sientes? ¿Estás aguantando la respiración? ¿Estás apretando tu
estómago ahora o tu mandíbula? ¿Qué emociones están provocando tu película
solitaria? Está bien tener esos sentimientos y tampoco es necesario que te
gusten.
La próxima vez que el dominio de la soledad llame su
atención, deje que ese sentimiento sea su sugerencia: primero respire;
Desarrollar una actitud de amabilidad y amabilidad. Esté presente para lo que
siente. Apóyate en tu tristeza, en tu dolor, en tu alegría. Déjate ser tímido
mientras te conoces suavemente. No hay nada que temer cuando vienes a ti mismo
con un corazón comprensivo. Permítete la libertad de descubrir cuán solitario
no puede ser estar solo.
Artículo publicado originalmente en Mindful y
traducido por Daniele Vargas
